El trabajo de parto terminó y el momento que tanto tiempo hemos esperado ha llegado, pronto veremos nuestro bebé. En esta etapa, llamada período de expulsión, el bebé avanza a lo largo del canal del parto hasta nacer. Inicia cuando se ha completado la dilatación y tenemos la necesidad espontánea de pujar.
¿Cuánto tiempo dura el nacimiento?
Cuando la dilatación tiene 10 centímetros, ha llegado el momento del nacimiento. Esta etapa, conocida como “coronamiento” es cuando se puede ver el bebé en la abertura de la vagina. Sacar al bebé nos puede tomar desde unos pocos minutos hasta unas pocas horas. Puede ser más largo para las madres primerizas y para las mujeres que han recibido anestesia epidural. Es el momento de pujar.
¿Qué debemos hacer ahora?
¡Pujar! El médico nos aconsejará presionar hacia abajo durante las contracciones y nos dirá cuándo es el mejor momento para pujar. El médico también puede pedirnos que pujemos si sentimos necesidad de hacerlo.
Para pujar bien no debemos tensar la cara, es mejor agacharnos y pujar.
Es muy posible que nos pidan en algún momento que pujemos suave o que no pujemos para darle tiempo a estirar los tejidos vaginales y evitar desgarros.
Después de salir la cabeza, frente, cara y mentón del bebé, este se rota para la salida de los hombros, uno primero y otro después y el resto del cuerpo continuará de inmediato. Aquí nuestro bebé empieza a respirar y a llorar. El pediatra despejará las vías respiratorias en caso de necesitarlo y el médico cortará el cordón umbilical.
Expulsión de la placenta
Cuando nuestro bebé nazca, sentiremos un gran alivio y nos permitirán sostenerlo por unos momentos. En esta etapa del trabajo de parto, expulsaremos la placenta, que es el órgano que alimentó nuestro bebé dentro del útero, este proceso puede demorar de cinco a treinta minutos.
Este es el momento de relajarnos y dedicar nuestra atención a nuestro bebé. Seguiremos teniendo contracciones leves, continuas y menos dolorosas, las cuales son necesarias para expulsar la placenta, nuestro médico nos pedirá que pujemos para expulsarla y verificará que esté completa, pues un fragmento restante puede ocasionarnos hemorragias e infecciones.
Después de expulsar la placenta, nuestro útero continuará contrayéndose hasta volver a su tamaño normal. El médico nos masajeará el abdomen para asegurarse de que el útero esté firme y verificará si necesitamos puntos de sutura por algún desgarro en la región vaginal.
Ahora ha llegado el momento de disfrutar nuestro bebé.