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Desde el mismo momento en que tomamos la difícil decisión de dejar de fumar, nuestra salud empieza a mejorar y empezamos a reducir los riesgos asociados al tabaquismo.

No fumar se considera la mejor medida preventiva frente a todos los tipos de cáncer, pero especialmente sobre el cáncer de pulmón, laringe, boca y lengua.

La expectativa de vida para los fumadores es 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en un 90% el riesgo de morir de una enfermedad relacionada.

 

8 horas después de dejar de fumar 

A las ocho horas mejora nuestra oxigenación pulmonar gracias al dejar de inhalar las partículas tóxicas que se inhalan en el cigarrillo.

 48 horas después de dejar de fumar 

A las 48 horas ya podemos disfrutar de sabores y olores que no percibíamos cuando fumábamos y las comidas tienen un mejor sabor. Nuestro aliento, cabello y ropa huele bien.

Nuestros dientes y uñas pierden el color amarillento que tenían.

Podemos realizar con menos dificultad para respirar las actividades que requieren esfuerzo físico.

72 horas después de dejar de fumar

Seis días o 72 horas después, empieza a aumentar la función respiratoria y a mejorar la circulación.

 6 meses después de dejar de fumar 

A los seis meses se han estabilizado nuestras defensas y ha mejorado nuestra salud en general, los cilios, unas estructuras parecidas a vellos pequeños que eliminan el moco de los pulmones empiezan a recuperar su función normal aumentando la capacidad para controlar las mucosidades, limpiar los pulmones y reducir el riesgo de las infecciones, así como de la aparición de catarros, resfriados, faringitis, sinusitis y bronquitis.

12 meses después de dejar de fumar

Un año después de dejar de fumar, hemos podido reducir a la mitad el riesgo de tener un infarto o cualquiera de las patologías cardiovasculares producidas por el tabaco como la angina de pecho o la muerte súbita.

 4 a 5 años después de dejar de fumar

A los cuatro años nuestro riesgo de padecer enfermedades del corazón disminuye dramáticamente y es casi igual al de quienes no fuman. A los cinco se reduce a la mitad el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga.

 10 años después de dejar de fumar

Diez años sin fumar nos ponen en riesgo similar al de las personas que no fuman de padecer cáncer de pulmón, laringe y páncreas.

 15 años después de dejar de fumar

El riesgo de sufrir una cardiopatía coronaria es igual al de una persona que no fuma.